Trovadores en Cuaresma.
Voces que unen a través del
tiempo.
Se ha registrado y documentado por diferentes investigadores
que los ciclos de las ferias que se desarrollan en el estado de Morelos,
cumplieron y cumplen varios papeles en la vida cultural, ritual, comercial y
social de las diferentes regiones culturales de la entidad.
Entre todo eso, también fueron el escenario natural del
corrido. Con el fin de amenizar las
fiestas, reuniones y las loterías, se daban cita los corridistas, trovadores,
publicistas de diferentes pueblos, algunos tan lejanos, como lejanos podían ser
los peregrinos que aún llegan a ver al santo. Uno de esos ciclos de ferias, es el
de Cuaresma.
Los corridistas jóvenes, se encontraban en esas reuniones
con los grandes poetas, ejecutantes del bajo quinto, segunderos, intérpretes de
diferentes regiones. La reunión, era el momento para aprender y enseñar.
Conocer y entablar relaciones. Así se daba parte de la transmisión de la
tradición del corrido suriano.
Desgraciadamente, hasta hace algún tiempo el corrido suriano
ha venido en decadencia, a pesar de los esfuerzos, algunos institucionales y
otros ciudadanos por mantener viva la memoria de corridistas, intérpretes y
compositores.
El proyecto Yankuik Kuikamatilistli (Canción Indígena
Contemporánea) tomando las líneas del Corrido Suriano y la Lírica Nahuatl,
promueve desde hace varios años la propuesta de reconstruir los escenarios
naturales en las ferias para darle un
pretexto a la reunión de corridistas y volver a escuchar los viejos
repertorios, las memorias y volver a
andar esos caminos.